CASTELLANO O ESPAÑOL?
Hace más de 500 años España estaba dividida
en reinos que tenían su propia lengua y una manera de actuar distinta en el
ámbito político y lingüístico. Lenguas como el Navarro, el Provenzal, el
Aragonés, el Catalán, el Gallego y el Castellano se hablaban por todo el
territorio y muchas personas viajaban y comerciaban usando cualquiera de estas
lenguas. También los moros que ocuparon la península Ibérica varios siglos
aportaron algunas palabras tales como almohada, alcohol, alfombra, alcalde,
etc.
Al estar en tal situación, surge la
estrategia política de unificar el poder para expulsar del territorio a los
indeseables moros que bastante tiempo se habían asentado y adueñado del tráfico
comercial. Sin embargo, no fue sino hasta 1492 que España contempló esta
posibilidad con el matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla
ganando así la tan anhelada unificación nacional para poder sacar a los árabes
de su tierra y al mismo tiempo acordar una sola lengua que los identifique ante
toda Europa. Es por eso, que la Lengua
de Castilla se convirtió oficialmente en el idioma del territorio español predominando
sobre las otras lenguas de los reinos anteriormente establecidos en la
península.
El castellano es hablado por todos los
habitantes con el aporte de algunas palabras árabes llevadas por los moros.
Al suceder el Descubrimiento de América, los
conquistadores y colonos españoles llevan el castellano y lo enseñan a los
nativos del nuevo continente para establecer así un claro dominio sobre los territorios
encontrados y un afianzamiento en la unidad lingüística.
No obstante, los hispanos al introducir una
nueva lengua en los aborígenes no contaron con la infiltración de voces
autóctonas que los mismos indígenas usaban en su cotidianidad aportando así al
castellano un nuevo conjunto de palabras denominadas indigenismos que más
adelante con el paso de los años se convertirían en americanismos. De ahí,
encontramos palabras propias de nuestros antepasados nativos como “yuca, maíz,
canoa, cacique, achiote, choza, etc.
Al sufrir esta variación, el castellano
cambia gran parte de su esencia y pasa a convertirse en el español que hoy en
día hablamos todos. Por este motivo, nosotros los latinoamericanos desde México
hasta Argentina hablamos español que es el producto de la fusión de la lengua
de Castilla con los múltiples aportes americanos de cada país, región o lugar
donde se hable este maravilloso idioma que es considerado como la segunda
lengua en importancia en el mundo después del inglés; y es tarea de todos
cuidar nuestro idioma, hablarlo bien y darle el lugar que se merece en el
ámbito mundial cuando los maestros lo imparten con convicción dentro de las
aulas de clase y nuestros dirigentes con orgullo se expresan en él ante la
comunidad internacional.
Es por eso que, este mes de abril se
conmemora un nuevo aniversario de la lengua de Cervantes como muchos llamaron
al Castellano porque arrojó las más ricas letras a la literatura mundial, pero
sabemos también que celebramos el nacimiento del español, nuestro verdadero
idioma; aquél en que le enseñamos a los niños y nos expresamos a diario.
¡Por
eso decimos que hablamos español y no castellano!
Germán Lalinde.
Lic. Lenguas Modernas.
Sede: Niño Jesús de Praga.
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